AGOSTO (CONDADO DE OSAGE), de Tracy Letts

 

Para leer la crítica sobre el espectáculo “Agosto (Condado de Osage)” que se representa en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, remito a mi reseña publicada en la web de cultura NOTODO.COM:

http://www.notodo.com/escena/teatro_contemporaneo/3005_agosto_teatro_valleincln_madrid.html

Gerardo Vera se despide del CDN con Agosto, interpretado por Amparo Baró y Carmen Machi

Gerardo Vera se despide del Centro Dramático Nacional a lo grande. Porque hay que decir una cosa: Agosto (Condado de Osage) es teatro con mayúsculas. Un texto magnífico de Tracy Letts, ganador del Pulitzer en 2008, saludado ya como un clásico contemporáneo. Una adaptación maravillosa del poeta Luis García Montero. Una puesta en escena majestuosa, sita en una casa asfixiante con todas las ventanas tapadas por plásticos sin que se pueda distinguir la noche del día. Y unos actores ante los que no hay palabras para describir su labor. Una verdadera lección de gran teatro a todos los niveles.

Casi cuatro horas (tres horas y cuarenta y cinco minutos con intermedio para ser más exactos) que no tienen que asustar al espectador, porque en ningún momento se desea su fin. Una familia reunida de nuevo ante la desaparición del patriarca que desata el huracán de emociones que es este espectáculo. Una madre enferma de cáncer adicta a las pastillas. Tres hijas que huyen de ellas mismas para acabar cayendo en agujeros horadados desde años antes por su entorno. Una casa asfixiante en medio del desierto de Oklahoma. Una jaula de madera en la que se ahogan los personajes, como esos periquitos que compraba Violet, la madre, y que morían uno tras otro debido al calor. También nos encontramos con los tíos, respectivas parejas, hijos… Todos, todos los intérpretes son dignos de alabanzas. Entre ellos especialmente el elenco femenino, las verdaderas protagonistas: Sonsoles Benedicto, Clara Sanchís, Alicia Borrachero, Marina Seresesky, Irene Escolar… Todas actrices en estado de gracia. Pero hay que destacar justamente a la pareja sobre la que recae el mayor peso dramático de la obra: Carmen Machi (increíble, magnífica y versátil) y Amparo Baró, ante la que no hay más remedio que quitarse el sombrero. Maravillosa su labor como la matriarca de la familia, un personaje doloroso y egoísta que se erige como uno de los más potentes del teatro contemporáneo y como un hito en la carrera de esta gran actriz. Es una verdadera delicia observar la interpretación de todos estos actores. Y sólo por destacar algo: las escuchas. Esos momentos que pasan desapercibidos pero son tan importantes para dotar de riqueza un escenario. Es maravilloso pasear la vista por el decorado y avistar a personajes que, aunque no sean parte de la acción protagonista en ese momento, sí están presentes escuchando a los otros personajes o simplemente se encuentran en otro aposento (ya que vemos la estructura de la casa y todas las habitaciones) leyendo, viendo la televisión… Son detalles que engrandecen una puesta en escena que, por otra parte, también llama la atención poderosamente por ese fantástico decorado de Max Glaenzel, por la magnífica y cambiante iluminación de Felipe Ramos o por la perfecta ambientación musical con piezas de Eric Clapton o Bob Dylan. Todo acompañando al magnífico texto de Letts, que pasa del drama a la comedia como sólo los grandes saben.

Con regusto a las obras clásicas de dramaturgos modernos como Eugene O’Neill, Tennessee Williams o Edward Albee, Agosto nos devuelve ese placer de los grandes textos y las grandes actuaciones, ese teatro de la crueldad ante el que nos sentimos dolorosamente identificados y que mezcla el llanto con la risa sin poder adivinar qué viene a continuación. Se le puede achacar algo de exageración a la historia. Un cierto aire de culebrón. Pero lo cierto es que a muchos clásicos se les podría decir lo mismo. Lo importante es lo que transmite y cómo lo transmite. Y los culebrones desde luego no poseen frases tan memorables como este texto. Es sólo que sufro de llanuras, dice el personaje interpretado por Machi, como un estado en el que el hábitat en el que uno evoluciona describe una situación anímica y mental. Además todo el mundo puede sentirse identificado. Como madre, padre, hijo, hermano… Cualquier tipo familiar está representado en Agosto, con los egoísmos que todos sacamos a la luz en algún momento. Con la frustración ante lo inevitable, el dolor ante lo que todo el mundo sabe menos uno mismo, las ganas de huir de algo de lo que es imposible escapar… La verdad es que podría seguir alabando las virtudes de este montaje, pero acabaré aquí, simplemente instando a que no se pierda nadie este montaje. Porque es uno de los acontecimientos teatrales más importantes de la temporada. Y me atrevería incluso a decir que de los últimos años.

+ INFO

Nombre del montaje: Agosto (Condado de Osage)

Disciplina: teatro contemporáneo

Director: Gerardo Vera

Autor: Tracy Letts

Adaptaci�n: Luis García Montero

Reparto: Amparo Baró, Sonsoles Benedicto, Alicia Borrachero, Irene Escolar, Gabriel Garbisu, Antonio Gil, Carmen Machi, Markos Marin, Miguel Palenzuela, Chema Ruiz, Clara Sanchís, Marina Seresesky, Abel Vitón

Traducción: Ana Riera
Escenografía
: Max Glaenzel
Vestuario
: Alejandro Andújar
Iluminación
: Felipe Ramos
Sonido
: Roc Mateu
Videoscena
: Álvaro Luna

D�nde: Teatro Valle-Inclán

Direcci�n: Plaza de Lavapiés, s/n. Madrid

Hasta: 19.02.12

Horario: De martes a sábados, a las 19.00 h. Domingos, a las 18.00 h

Precio: De 15 a 18 €. Día del espectador: reducción del 50%.

Agosto