SPIDER-MAN: TURN OFF THE DARK, el musical postmoderno

Photo by Jacob Cohl © Broadway.com

CRÍTICA / REVIEW

Ayer tuvo lugar en Nueva York el estreno oficial de Spider-Man, después de seis cambios de fecha, más de 180 representaciones previas, 75 millones de dólares, varios accidentes y el despido de su directora inicial. Muchas cosas para una sola obra.

Yo tuve la oportunidad de ver el montaje en marzo, cuando todavía se mantenían las previews de la función según imaginó Julie Taymor, la directora inicial y propulsora del proyecto, a quien decidieron despedir por esas fechas. Con lo cual las opiniones vertidas aquí harán referencia a este montaje, ya inexistente pero del que parece quedan elementos.

La verdad es que lo que yo vi en aquel momento en el Foxwood Theatre de Nueva York fue simplemente brutal.  Desmedido, demencial y megalómano, pero brutal. Lo más espectacular que he visto encima de un escenario.

Eso sí, si espectáculo es lo que se busca. Si se pide una historia, comprensible, en la que poder seguir a los personajes, eso ya es otro tema. La historia mezclaba demasiados elementos sin centrarse en ninguno y precisamente por ese lado atacaban todas las críticas negativas que ha tenido durante todo este tiempo: el caos argumental.

El guión mezclaba tal vez demasiados elementos, pero a Julie Taymor, también coguionista, se notaba que le interesaba básicamente una parte de la historia: la de Aracne y Spider-man. Una línea argumental inexistente en los comics, con personaje nuevo. Este personaje de la mitología griega, la primera mujer araña, aparece casi como el verdadero hilo conductor de la historia. En su deseo de evitar la soledad y conseguir que Peter Parker la acompañe para toda la eternidad, Aracne se mostraba como guía y a la par como némesis del protagonista. Aparecían también el Green Goblin y los Evil Six (seis malvados ataviados con un vestuario cada cual más exagerado, todo hay que decirlo), pero realmente sin peso dramático en la historia. La verdadera antagonista era Aracne, y ese arco argumental (si lo conseguías aislar del caos que lo rodeaba) resultaba bastante interesante en gran parte por lo oscuro pero a la par comprensible de los anhelos de ese personaje.

En cuanto al cast, la verdad es que me parecieron todos muy correctos, y algunos espectaculares, como por ejemplo el protagonista. Aunque tengo que hacer una aclaración, y es que el día de la representación a la que acudí no estaba el protagonista regular (Reeve Carney) sino el suplente (Matthew James Thomas). Y la verdad es que creo que fue una suerte. Ya que, según vídeos que he podido ver, James Thomas (el Peter Parker que pude ver) poseía una voz rasgada y un aspecto aniñado e indefenso muy atractivos, mientras Carney tiene una voz más limpia y look un poco chulesco. Con lo cual creo que la presencia del suplente beneficiaba (sin duda alguna, por lo menos a mi parecer) a la obra, gracias a la intensidad e identificación con el personaje que otorgaba este actor. Jennifer Damiano como Mary Jane aportaba la dulzura y valentía necesarias, Patrick Page como el Duende Verde salía bastante bien parado y T.V. Carpio en el papel de Aracne suplía ciertas deficiencias dramáticas con un voz espectacular en las canciones que interpretaba, que llegaba a convertirse en hipnótica.

En cuanto a la música, compuesta por Bono y The Edge, del grupo U2, con un par de guitarras eléctricas prácticamente todo el tiempo en escena, resulta muy potente. En especial las más recurrentes y espectaculares “Rise above” y “Boy falls from the sky”. Todo con un toque rockero muy U2 (y yo tampoco es que sea muy fan del grupo irlandés), que hace todo bastante espectacular y poco «musical de Broadway» a la antigua usanza.

Capítulo aparte merece la puesta en escena y la escenografía (de george Tsypin), absolutamente espectaculares.  Con cambios de escenario cada pocos minutos, vuelos por el patio de butacas y acción por todos lados, era muy difícil no quedarse con la boca abiera en más de un momento. Los decorados tipo desplegables de cartón con referencias al mundo pop y del comic, con perspectivas imposibles, carreteras que se levantan, vistas desde lo alto del Chrysler building (con pequeñas luces en la pared del fondo del escenario, moviéndose como filas de coches…), el laboratorio hipnótico de Norman Osborn, la sede del periódico con esa coreografía de secretarias desplazándose con sus sillas con ruedas, las calles de Nueva York que van cambiando como páginas plegándose una y otra vez mientras Peter y Mary Jane siguen cada uno su camino hacia su casa cantando mientras caminan por unas cintas transportadoras… Hay una cantidad ingente de imágenes novedosas, pero a la vez construidas mediante elementos artesanales, que lo hacen más meritorio todavía.

Aunque en la segunda parte del espectáculo cambiaba el estilo y se abusaba tal vez de jugar con cinco pantallas gigantes verticales para crear los escenarios y presentar y mostrar las acciones de los “Evil Six”, unos malos como ya he dicho antes algo exagerados en su vestuario. Un vestuario, obra de Eiko Ishioka (responsable del magnífico vestuario de la película Drácula de Bram Stoker, por ejemplo), que en algunos momentos, como en éste, patina.

Sin embargo aunque en el musical había momentos algo ridículos, también hay momentos increíbles, como la presentación de Aracne, con las tejedoras, o su otra aparición detrás de paneles en los que el cielo estrellado se transforma en telas de araña, que hacen olvidar esos otros algo más prescindibles. Hay que reseñar que todos los cambios de escenario y coreografías aéreas eran tan complejas que en un momento tuvieron que parar la representación porque no habían enganchado el arnés al actor principal (lo raro es que no pasara más veces).

La parte mala es que la historia se quedaba muy difuminada. El Green Goblin tenía presencia la primera mitad del espectáculo, pero luego desaparecía y era sustituido por los seis villanos que de forma caótica eran presentados y después eliminados por Spider-Man. La historia de MJ y Peter Parker estaba ahí, pero casi tenías más ganas de que Spider-man acabara con Aracne que con Mary Jane. Asimismo la existencia de un coro de frikis de los cómics, que al principio narran la historia pero desaparecían al final misteriosamente, no ayudaba mucho.

Sin embargo y pese a todo, el resultado era tan demencial y megalómano, con referencias de todo tipo: a la cultura pop, a los comics, a la mitología, a la cultura popular… Pero también con cierto intento de llegar a algo más, con un interés desmedido por llegar a abarcar todo lo abarcable,  mezclándolo en una batidora inmensa y carísima. El objetivo era conseguir algo que no se hubiera conseguido nunca, y la verdad es que el objetivo para mí se conseguía, y este Spider-Man llegaba a ser algo nuevo por completo, en el cual la historia como tal, lineal, ya no es tan importante. Lo que tenías ante ti eran retazos, imágenes que tú tenías que montar. La evolución del musical. El musical posmoderno.

Pero la megalomanía e innovación tienen su precio. 65 millones de dólares. Y es un precio demasiado alto para que los productores vean a la gente salir del teatro sin que se haya enterado de nada. Necesitan un espectáculo que dure años y que puedan sacar de gira. Con lo cual tomaron una decisión drástica y despidieron a Julie Taymor, sin duda el corazón de este espectáculo, que, aunque desmedido, era suyo (como suyo es uno de los grandes éxitos de Broadway, El rey león).

Yo sin duda alguna habría recomendado a cualquiera que fuera a Nueva York que viera este espectáculo. Ahora, que ha cambiado de director (por Philip William McKinley, responsable de algunos espectáculos circenses de los Ringling Brothers, que son una horterada de tomo y lomo) (y lo digo con conocimiento de causa) y de guión, realizándose modificaciones en historia, canciones y puesta en escena, no estoy tan seguro. He leído que ha habido algunos cambios con los que estoy de acuerdo: el desarrollo de la relación de Peter Parker con sus tíos (excesivamente breve en el montaje original), así como una mayor presencia del Green Goblin y relación con los Evil Six, que antes aparecían un poco de repente  y ahora son esbirros de Osborne. También estoy de acuerdo con la eliminación del Geek Chorus, como le llamaban (los adolescentes frikis que comentaban desde un punto de vista completamente externo la acción pero que en algunos momentos mosqueaban interactuando con los personajes), aunque tal vez este grupo podía haber dado juego y riqueza enfocado de otra forma. Así como sospecho habrán eliminado el que sin duda era el número más ridículo y criticado: una canción entera de Aracne con un coro de arañas y ella misma con zapatos de tacón, celosa cantando que por qué las terrícolas pueden ponerse tacones y ellas no (ejem) y que por eso Spider-Man prefiere a Mary Jane.

Pero lo malo es que, aparte de este número (infame, aunque fantástico visto desde un punto de vista fetichista y kitsch), este personaje mitológico por lo visto ha sido recortado mucho más, quedando el algo anecdótico. De un personaje perturbador, erótico y malvado, pero a la vez muy desdichado, ha evolucionado (o involucionado) a una especie de hada madrina que vela por el protagonista (con lo cual se habrá eliminado uno de los climax de la obra, la lucha de Spider-Man contra Aracne en su red).

Eso, entre otras cosas, es lo que dice Ben Bratley, el crítico del New York Times, uno de los más agresivos contra el musical: “this singing comic book is no longer the ungodly, indecipherable mess it was in February. It’s just a bore.” (“Este comic cantado ya no es el tremendo, idescifrable lío que era en febrero. Ahora simplemente es un aburrimiento”). Por lo visto se ha trasformado en un historia lineal con personajes más definidos pero más normal también, aunque siga manteniendo gran parte de los elementos (estéticos al menos) del montaje original. Aunque Bratley dice que sólo mantiene un escaso parecido con el sueño enfebrecido que era. “The first time I saw the show, it was like watching the Hindenburg burn and crash” (“la primera vez que vi el espectáculo era como ver el Hindenburg arder y estrellarse”).

Ciertamente ésa tal vez era la sensación que tenías cuando salías del teatro. De algo muy grande, que no habías visto nunca: un caos que te sobrepasaba pero que por ello mismo era fascinante. Ahora parece que se ha transformado en algo más normal. Tal vez del Hinderburg estrellándose ha pasado a ser un globo de helio normal y corriente en un fiesta de cumpleaños. Una pena, la verdad. Y sobre todo una pena muy cara.

FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA

SPIDER-MAN: TURN OFF THE DARK

Music and lyrics by Bono and the Edge; book by Julie Taymor, Glen Berger and Roberto Aguirre-Sacasa; original direction by Ms. Taymor; creative consultant, Philip William McKinley; choreography and aerial choreography by Daniel Ezralow; additional choreography by Chase Brock; sets by George Tsypin; lighting by Donald Holder; costumes by Eiko Ishioka; sound by Jonathan Deans; projections by Kyle Cooper; masks by Ms. Taymor; hair design by Campbell Young Associates/Luc Verschueren; makeup design by Judy Chin; aerial design by Scott Rogers; aerial rigging design by Jaque Paquin; projection coordinator/additional content design by Howard Werner; arrangements and orchestrations by David Campbell; music supervisor, Teese Gohl; music producer, Paul Bogaev; music direction by Kimberly Grigsby; music coordinator, Antoine Silverman; vocal arrangements by Mr. Campbell, Mr. Gohl and Ms. Grigsby; additional arrangements/vocal arrangements by Dawn Kenny and Rori Coleman; production manager, Juniper Street Productions and M B Productions; general managers, Alan Wasser, Allan Williams and Aaron Lustbader; associate producer, Anne Tanaka; executive producers, Glenn Orsher, Stephen Howard, Martin McCallum and Adam Silberman. Presented by Michael Cohl and Jeremiah J. Harris, Land Line Productions, Hello Entertainment/David Garfinkle/Tony Adams, Sony Pictures Entertainment, Norton Herrick and Herrick Entertainment, Billy Rovzar and Fernando Rovzar, Stephen Bronfman, Jeffrey B. Hecktman, Omneity Entertainment/Richard G. Weinberg, James L. Nederlander, Terry Allen Kramer, S2BN Entertainment, Jam Theatricals, the Mayerson/Gould/Hauser/Tysoe Group, Patricia Lambrecht and Paul McGuinness, by arrangement with Marvel Entertainment. At the Foxwoods Theater, 213 West 42nd Street, Manhattan; (877) 250-2929, Running time: 2 hours 45 minutes.

WITH: Reeve Carney (Peter Parker/Spider-Man), Jennifer Damiano (Mary Jane Watson), T. V. Carpio (Arachne), Patrick Page (Norman Osborn/Green Goblin), Michael Mulheren (J. Jonah Jameson), Ken Marks (Uncle Ben/Buttons), Isabel Keating (Mrs. Gribrock/Aunt May/Maxie), Jeb Brown (M J’s Father/Stokes), Laura Beth Wells (Emily Osborn), Matt Caplan (Flash/Bud), Dwayne Clark (Boyle/Robertson) and Luther Creek (Kong/Travis).

Página web del musical:

http://spidermanonbroadway.marvel.com/

Fecha de la representación a la que alude la crítica:

16/03/2011

Photo by Jacob Cohl © Broadway.com