ELEPÉ, de Carlos Be


elepe

(Esta crítica fue publicada en la web de cultura Notodo.com con motivo del reestreno de Elepé en La casa de la portera de Madrid, que ahora reponen en la misma sala. Para más información podéis hacer clic aquí y ver la reseña en la web de Notodo.)

ELEPÉ. Maravilla ochentera
Crítica por Miguel Gabaldón

De mi verdadera vida,
de mi forma de pensar,
de mis llantos y mis risas,
que sabe nadie…» Y qué sabe nadie lo que le pasa a Carlos Be por la cabeza para hacer unos pedazo de montajes como los que hace. Por ejemplo este Elepé que nos ocupa, que vuelve a La casa de la portera en un interesante horario matinal, perfecto acompañante del vermouth dominguero. Una oportunidad única para disfrutar de un espectáculo imprescindible, de esos tiernos y bien pergeñados que te llegan muy dentro casi sin querer.

Elepé es un viaje espacio-temporal a la Movida madrileña. Lucía es una de las camareras de un local de actuaciones (el Elepé del título). Su sueño es ser actriz y recibe una oferta del mismísimo Almodóvar para presentarse a un casting. Toñi, es su mejor amiga, actriz y cantante, confidente y apoyo moral. Y Ángel es el nuevo portero de la discoteca, que llega del pueblo un poco perdido a la gran ciudad. Los tres personajes se relacionarán, interrelacionarán, beberán y se pondrán finos de todo. La historia podría ser una típica comedia de los ochenta, y así se respira.

Pero Elepé no se queda sólo en eso, ya que es también musical y melodrama. Carlos Be, partiendo de su magnífica dramaturgia, pone en marcha un maravilloso engranaje teatral que hace reír y llorar de forma absolutamente natural. Como de forma natural están hilvanadas las canciones dentro del espectáculo, pasando de Rocío Jurado a Tino Casal (preciosa esa canción final), a través de Madonna, Mari Trini o Raphael (el Qué sabe nadie con olor a café en mañana de empalmada es simplemente maravilla). Fantástica la ambientación y puesta en escena del espectáculo, que te coge de las orejas y no te suelta hasta un buen rato después de terminado dejando un sabor agridulce. Y maravillosos los tres intérpretes, que se toman una revancha de aquella intensa Peceras para enfrentarse a un registro tierno y cómico que consigue una identificación inmediata con el espectador. Iván Ugalde está perfecto como el perdido Ángel que ha caído en medio de Malasaña, Carmen Mayordomo es una fantástica y emocionante Lucía, y Fran Arráez está sencillamente genial como Toñi, la amiga comprensiva repleta de sabiduría emocional, con algunos momentos impagables (tanto por cómicos como por emotivos).

Carlos Be consigue guiar al espectador por el universo de excesos y emociones de estos personajes, a su antojo, haciéndonos desear no salir nunca de este garito llamado Elepé. “Vuelvo a casa cada vez más tarde, 
amanece. 
He bebido más de lo que aguanto, 
igual que ayer…

M.G.

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