CRÍTICA
Sexo compulsivo. Obsesión catódica. Un helado de una conocida marca. Materialismo extremo. Frenesí desgarrador. Soledad. Fake happiness. Fast (food) love. Un batido excesivo de elementos de absoluta vigencia en esta nuestra contemporaneidad es lo que nos ofrecen Stefano Ricci y Giovanni Forte en Macadamia Nut Brittle. Los enfants terribles italianos trasladan a escena el asfixiante universo del escritor Dennis Cooper, escritor americano homosexual obsesionado con la cara más oscura del ser humano. Y consiguen un espectáculo brutal que conecta con la parte más demenciada de la sociedad. Una búsqueda infructuosa y delirante de la felicidad y el amor desorientado.
El montaje (más cerca de la performance que del teatro al uso) que unos cuantos afortunados pudimos ver en la Casa Encendida de Madrid en la última edición de Escena Contemporánea, está protagonizado por cuatro personajes: Macadamia, Nut, Brittle (tres chicos de sexualidad extrema y diversa) y una mujer vestida de Wonder Woman. Los cuatro se erigen en representantes de una sociedad desquiciada, en búsqueda de lazos afectivos que sólo encuentran en relaciones sexuales enajenadas y frenéticas, una promiscuidad delirante (absolutamente real por otra parte) en la que el vacío deja lugar al vacío. Unos personajes obsesionados por el helado de Haagen Dazs, las series de televisión (cuyos personajes son únicos acompañantes verdaderos y llenan el hueco de los seres humanos reales) y ese sexo que sirve como anestia momentánea para el dolor existencial. Ese dolor existencial, falta de sentido y soledad estremecedora que se intentan esconder bajo máscaras de dibujos animados.
Rociamiento de sangre, desnudos integrales, magdalenas, conejos gigantes desollados, tiendas de campaña de Hello Kitty… Todo cabe en el impactante espectáculo de Ricci/Forte, lleno de crítica y (aunque parezca mentira) a la vez poesía, con una banda sonora que van desde el «Halo» de Beyoncé hasta el house más bestia pasando por «Barbarella» de Bob Crewe Generation o el «Life on Mars» de Bowie. Un montaje ejemplo de postmodernidad con sentido que, alejándose de esos espectáculos supuestamente transgresores y vanguardistas en los que no sabes de qué coño te están hablando, aquí todas las referencias se identifican, cada gesto tiene un por qué escondido detrás y un significado en su imaginería y su violencia física y verbal, en sus alusiones a la realidad más próxima. Una mujer a cuya carne van enganchando pinzas mientras sonríe y habla histérica. Un concurso de belleza (con los tres protagonistas masculinos con tacones, gorros de baño y speedos) con un fondo musical que habla acerca de cómo conseguir tus sueños mientras la chica les rocía con sangre. Unas violaciones grupales a seres humanos inertes, inanimados, cachos de carne. Un monólogo a cuatro (absolutamente delirante) sobre la quedada con una cita a través de Internet con un hombre de miembro desproporcionado (“¡un filósofo de polla gigantesca que además sabe cocinar!”) y que se va igual que vino, dejando un vacío mayor todavía del que había en sus vidas. Un absurdo réquiem por todos los personajes de series de TV (desde «Lost» hasta «Anatomía de Grey») que han fallecido en la ficción. Irracionalidad y realidad, obsesión e ironía, desasosiego y desesperación se dan la mano en este potentísimo montaje. En el que además los cuatro protagonistas se dejan (casi literalmente) la piel, en un trabajo corporal e interpretativo absolutamente brutal, de una intensidad, exasperación y angustia demenciales situados un espacio diáfano en el que se siente el vacío. Macadamia Nut Brittle es un espectáculo sobrecogedor, valiente y sincero, una crítica feroz hacia el consumismo emocional y un revulsivo contemporáneo ante el que uno se siente tristemente identificado y que mueve (empuja brutalmente) a la reflexión. Ya lo dicen dicen sus creadores: Somos víctimas, verdugos, protagonistas de la snuff movie que nos ofrece la vida. Buscando desesperadamente el amor en un mundo imposible en el que, al final, la naturaleza, como los hombres, es una puta desleal. Siempre.
FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA
EN ESCENA
Anna Gualdo
Fabio Gomiero
Andrea Pizzalis
Giuseppe Sartori
ENTRENADOR
Marco Angelilli
DIRECTOR TÉCNICO
Davide Confetto
ASISTENTE DE DIRECCIÓN
Elisa Menchicchi
DIRECTOR
Stefano Ricci
Una producción de Ricci/Forte en colaboración con Garofano Verde Festival
ricciforte.com
Con la colaboración del Istituto Italiano di Cultura de Madrid