LA CASA DE BERNARDA ALBA, un montaje de Bombín Teatro. Silencio.


la casa de bernarda alba


CRÍTICA

Silencio. Es la última palabra de la dominante matriarca en La casa de Bernarda Alba, obra cumbre de Federico García Lorca. Y silencio, efectivamente, es lo que habría que pedir a mucha gente que no tiene respeto ninguno. Esto no tiene nada que ver con el montaje en sí de la compañía Bombín Teatro que pude ver el otro día, pero sí con el público del Ateneo de Madrid, donde se representó. Que no se dieron por aludidos con el final de la obra. Entre los móviles, las idas, las venidas (no se puede llegar a la mitad de la representación como si nada), los portazos y el bullicio de la gente que había en el exterior, el Ateneo de Madrid me pareció un lugar bastante infernal para representar un espectáculo. . . Dicho esto (lo siento, pero es que se me llevaban los demonios y tenía que soltarlo), hay que decir que las actrices de este montaje aguantaron como jabatas y mantuvieron la concentración durante todo la función, algo que no era nada fácil. Y es que la dirección de actores de esta nueva Casa, a cargo de Joaquín Gómez, y la labor de sus actrices es lo más destacable, muy destacable, de hecho, en este montaje.

Cierto es que es una puesta en escena modesta, y que además a nivel estético es algo lineal (en este punto tampoco podría poner la mano en el fuego porque supongo que el Ateneo tendrá una serie de limitaciones que pueden hacer modificar el diseño de luces original, por ejemplo, que se pueda llevar a cabo en otras salas), pero lo fundamental, es decir, las interpretaciones, son muy acertadas en su conjunto. Las diez actrices defienden sus papeles sin histrionismos, en un registro contenido (no como la Silvia Marsó de Yerma). Es muy difícil además amasar un conjunto interpretativo de diez actores (actrices en este caso) y que no haya irregularidades que desmonten el total. Hay algunos altos y bajos, pero no resultan en exceso preocupantes. La Bernarda de Elena Cecilia Blázquez es físicamente perfecta, enjuta, gris, pero tal vez le falta un puntito en su recitado, para llegar a ser imponente y mantener bajo su yugo a las cinco hijas. Y a la Angustias de Cristina Arnau, también físicamente muy acertada, tal vez le falta un puntito de amargura. Pero también es verdad que estos detalles pueden ser cosa de esta función a la que asistí en cuestión (que como digo tal vez era el mejor ambiente para apreciar algo íntimo y asfixiante como debe ser este texto). Todas, como digo, conforman un todo bastante compacto. Y de lo mejor, la Adela de Sara Ibancos y la Martirio de Lorena Jiménez, completamente creíbles. En su enfrentamiento final transmiten una energía y verdad magníficas. Hay que decir que este último tramo, hasta el desenlace de la obra, logró hacer olvidar hasta el vocerío del exterior. Lo que tiene mucho, pero que mucho, mérito. Y refleja que sin duda las actrices consiguieron transmitir la desesperación, el deseo y la represión de estas mujeres atrapadas entre las paredes de una casa obligada al luto… Lo único que siento es no haber podido disfrutar como se merecían estas actrices. Sólo pido una cosa: respeto por el trabajo de la gente que está en escena. Y Silencio, como Bernarda.

FICHA TÉCNICO-ARTÍSTICA

Dirección general y puesta en escena: Joaquín Gómez

Reparto:

Lucía Acedo Peque (Prudencia). Cristina Arnau (Angustias). Elena Cecilia Blázquez (Bernarda). Encarnación Fernández (la Mujer 1 – Angustias). Mati Gómez (La Poncia). Sara Ibancos (Adela). Lorena Jimenez (Martirio). Caridad Laínez Casanova (La Criada). Isabel Menéndez (Josefa). Claudia Ruiz (Amelia). Miriam Tejedor (Magdalena).

Ficha técnica:

Fotografía y video:

Julia R. de Haro

Prensa y Producción general:

Miguel Ángel Borrás

Dirección y puesta en escena:

Joaquín Gómez

Datos de contacto:

Bombín teatro

Contratación e Información:

Miguel Ángel Borrás

http://www.bombinteatro.jimdo.com

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